Una revolución en el diccionario
La Academia completa la nueva edición del DRAE, que se publicará en octubre con 95.000 voces
Es la versión más revisada de la historia con 100.000 enmiendas
Más voces, más acepciones, más americanismos, más debate
lexicográfico y lingüístico, más matices, más, más, más... la 23ª
edición del Diccionario de la Real Academia,
ya completada y que verá la luz en octubre, se caracteriza por sus
impresionantes números (93.000 voces, es decir 5.000 más que en la
edición anterior de 2001; 100.000 enmiendas, 200.000 acepciones...) pero
también por sus pequeñas revoluciones, como la de añadir la palabra
“malsonante” a ciertas voces rodeadas de controversia social, tales como
mariconada.
El DRAE cierra sus puertas a...
acupear. tr. C. Rica. Defender, respaldar.
alidona. f. Concreción lapídea que se suponía encontrarse en el vientre de las golondrinas.
bajotraer. m. desus. Abatimiento, humillación, envilecimiento.
bigorrella. f. Piedra de gran peso que sirve para calar las collas.
boleador. m. germ. Hombre que hace caer a otro.
dalind. adv. desus. De allá.
fenicar. tr. Echar ácido fénico a algo.
sagrativamente. adv. desus. Con misterio.
Seguramente el diccionario más políticamente correcto de la historia de la Real Academia Española
fue el primero, publicado entre 1726-39, cuando la corrección política
no existía. En su prólogo, los autores avisaban de que se habían omitido
“todas las palabras que significan desnudamente objeto indecente”.
Básicamente, nada de sexo. Pero ahora que los lexicógrafos se han
liberado de tabúes, son los diferentes colectivos sociales quienes
exigen que se excluyan voces con cargas peyorativas por razones
diversas, desde las étnicas (la mencionada judiada) a las físicas (sordomudo). Ambos términos se mantendrán en el nuevo DRAE, que ayer pasó de las manos académicas a las editoriales (Espasa).
Es el Diccionario más modificado de las 23 ediciones de su historia:
incorporará 100.000 enmiendas aunque en este bloque se incluyan desde
cambios menores, como la supresión de una coma, a otros radicales, como
la eliminación de palabras caídas en desuso (bajotraer: “abatimiento, humillación, envilecimiento”) o la incorporación de americanismos como jonrón (del inglés home run), muy utilizado en países de América con gran afición al béisbol.
El 10% de las 200.000 acepciones son americanismos. “Queremos que
sea el Diccionario de referencia para todo el mundo. Se nos criticaba
que en el lenguaje del deporte estaban sobre todo representados los de
España y en esta edición hemos introducido términos americanos”, explica
el secretario de la RAE, Darío Villanueva. En la elaboración del texto,
que también experimentará modificaciones formales (en formato,
tipografía y presentación, entre otras), han participado las 22
academias de la lengua española.
Puede que algunos cambios lexicográficos contenten demandas de colectivos —se eliminan acepciones sexistas del tipo de femenino: “débil, endeble”, masculino: “varonil, enérgico”, huérfano:
“Dicho de una persona de menor edad: a quien se le han muerto el padre y
la madre o uno de los dos, especialmente el padre”— pero el director
del DRAE, el académico Pedro Álvarez de Miranda, subraya que desaparecen
porque han dejado de ser “definiciones veraces”.
Continuarán términos que irritan por hirientes porque siguen circulando en la lengua, aunque se puntualizan con una marca: mariconada
aparecerá identificada con la mencionada etiqueta de “malsonante”. “Hay
que procurar no herir la sensibilidad de nadie pero la lexicografía no
puede hacer dejación de su responsabilidad, que es consignar lo que en
la lengua existe”, señala Álvarez de Miranda, responsable desde 2011 del
DRAE. “El lexicógrafo que recoge en un Diccionario la palabra maricón no es homófobo. Esa palabra existe”, añade.
Darío Villanueva recurre a una cita de Aristóteles para exponer la
visión de la RAE: “La palabra existe para manifestar lo conveniente y lo
dañino, así como lo justo y lo injusto”. “Sería absurdo”, añade
Villanueva, “que el DRAE solo recogiese las palabras bonitas. Incluir
palabras que no son políticamente correctas en el Diccionario no es una
forma de avalarlas. La lengua es de todos, también de quienes son menos
sensibles y usan el lenguaje para insultar”.
Para Pedro Álvarez de Miranda, la cosa está clara: “La lengua es así,
no es de la Academia ni de los lexicógrafos. Con quien hay que
enfadarse es con nosotros mismos, los hablantes. Un diccionario es bueno
si es veraz. Lo otro es matar al mensajero”.
...y se las abre a...
Audioguía: Dispositivo electrónico portátil de uso
individual que, a través de grabaciones, proporciona información en la
visita a una exposición, paseos turísticos, etc.
Bótox: Toxina bacteriana utilizada en cirugía estética.
Cameo: Intervención breve de un personaje célebre, actor o no, en una película o una serie de televisión.
Cortoplacista: Que persigue resultados o efectos a corto plazo.
Dron: Aeronave no tripulada.
Hipervínculo: enlace.
Identikit: retrato robot.
Jonrón: En el béisbol, jugada en que el bateador
golpea la pelota enviándola fuera del campo, lo que le permite recorrer
todas las bases y anotar una carrera.
Medicalizar: Dotar a algo, como un medio de transporte, de lo necesario para ofrecer asistencia médica. Dar carácter médico a algo.
Naturopatía: Método curativo de enfermedades humanas mediante el uso de productos naturales.
Pilates: Método gimnástico que aúna el ejercicio corporal con el control mental, basado en la respiración y la relajación.
Precuela: Obra literaria o cinematográfica que cuenta hechos que preceden a los de otra obra ya existente.
Serendipia: Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
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