dilluns, 18 de maig del 2009

A PROPÒSIT DE BENEDETTI

La casualitat ha fet que dos poetes pertanyents a una mateixa generació, l’anomenada del 45 on s'inclou també Juan Carlos Onetti, ens deixen amb pocs dies de distància.
Es tracta de Benedetti i Idea Vilariño.
Benedetti famosíssim, Idea Vilariño (fent clik al títol accedireu a més informació) no tant, encara que la seua poesia no és menys recomanable. Casualment vaig descobrir la seua figura fa uns dies i recomane un repàs a la seua biografia (apassionant) amb punts coincidents amb la de Benedetti.


Gaudiu de tots dos poetes:


CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no

porque te pienso

porque la noche está de ojos abiertos

porque la noche pasa y digo amor

porque has venido a recoger tu imagen y eres mejor que todas tus imágenes

porque eres linda desde el pie hasta el alma

porque eres buena desde el alma a mí

porque te escondes dulce en el orgullo

pequeña y dulce

corazón coraza

porque eres mía

porque no eres mía

porque te miro y muero y peor que muero

si no te miro amor

si no te miro

porque tú siempre existes donde

quierapero existes mejor donde te quiero

porque tu boca es sangrey tienes frío

tengo que amarte amortengo que amarte

aunque esta herida duela como dos

aunque te busque y no te encuentre

y aunque

la noche pase y yo te tenga

y no.

Mario Benedetti



Ya no será...

Ya no será,

ya no viviremos juntos,

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa, no te tendré de noche

no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca

ni si era de verdad lo que dijiste que era,

ni quién fuiste, ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido vivir juntos,querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú

Ya no serás para mí más que tú.

Ya no estás en un día futuro

no sabré dónde vives, con quién

ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.

No volveré a tocarte. No te veré morir.

Idea Vilariño




Carta de Idea Vilariño a Mario Benedetti del 25 de Octubre de 1998. Publicada en el Semanario Brecha, Suplemento La lupa, Jueves 30 de abril de 2009, Montevideo, Uruguay.
Espero que a esta altura ya haya quedado atrás toda tu historia de piedras y cesáreas. Aquí hicimos una especie de correo —Claps, Jaunarena, yo, Viglietti, Coriún— que significaba que lo que uno sabía, lo sabían todos. Ahora ya te estás aproximando y sabremos de ti por ti. Nosotros andamos bien, incluso Yenia —que pasó un mal invierno—, y mis ojos que al parecer no tienen arreglo. Te debo carta desde que te fuiste. Pero la cosa era que se trataba de una carta difícil. Porque te dije entonces que te escribiría sobre tu libro, y no sé cómo decirte que no me gustó [1]. No es eso exactamente. Tal vez si empezara por el principio. La cosa es que estamos en polos opuestos (o todos los polos son opuestos?). No sé si te acordás de mi No [2]. El último poema dice: “Inútil decir más. Nombrar alcanza”. Y en eso ando hace tiempo, cada vez más, prohibiéndome —y no necesitando— explicar, desarrollar. Si ese hermoso heptasílabo de tu libro se me hubiera ocurrido a mí, ese verso sería el poema. Lo hubiera metido, así desnudo en el No, sin más. Está lleno de contenidos, no es necesario decir más. Explicarlo parece un procedimiento prosaico, le quita profundidad. Y tenés muchos versos así, hermosos y llenos de contenido. Lo mismo digo de los dos versos finales de “Cartas de amor” o de los cuatro finales de “El mar”. En ambos casos allí está todo el poema. Pero… Tengo por ahí cantidad de papeles con cuatro o cinco versos cada uno y cuando a alguien se le ocurre editarme un nuevo libro me avergüenza entregar, y aún mostrar, esas breves nadas. Pero tengo como claras dos o tres cosas: que un poema debe decir una sola cosa, que no debe explicar, desarrollar, definir ¿estaré tan segura?, que debe quedar en la memoria. Y sin embargo. Sin embargo, amo y conservo en la memoria poemas largos y explicativos. Entonces, qué estoy diciendo. Mejor será que no envíe esta carta. Ya sé que no hay recetas; ya sé que el éxito universal de tuso poemas —y de todo lo tuyo— hace que cualquier objeción que pueda hacerte sea por lo menos impertinente. Simplemente estoy queriendo decirte por qué no me “gustó” este libro tuyo. Creo que el anterior me gustó mucho y que te escribí al respecto [3]. Tengo que releerlo para ver por qué me gustó tanto. También me pareció excelentísimo (no sé si te lo dije) el de ensayos. De manera que no me hagas mucho caso. Tengo un problema con este libro, y te lo digo. No quería dejar de escribirte y a la vez no podía dejar de decirte lo que pensaba. Siempre lo hicimos así, aunque tú has sido tanto más generoso y delicado con mis cosas. Sabés, supongo, que sos un gran tipo. Salen unos ensayitos míos —prologuitos, notas—, creo que muy mediocres, y podrás vengarte con toda razón de mis impertinencias. Un abrazo, y cariños para Luz.
_____________Notas del editor[1] Suponemos que la poeta se refiere al libro La vida, ese paréntesis, de Mario Benedetti, editado por Visor, Madrid, 1997.[2] La autora se refiere al libro “No” (Calicanto, Buenos Aires, 1980)[3] Suponemos que la poeta se refiere al libro de Benedetti: “El olvido está lleno de memoria” (de 1994)

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