El sector augura pérdidas económicas del 14% en un año
FERMÍN ROBLES - Barcelona - 16/01/2010
Según CC OO, las empresas de cine podrían despedir a 1.800 trabajadores.
Los sindicatos CC OO y CGT, que representan al 77% de los trabajadores del sector, y el Gremio de Empresarios de Cines en Cataluña -aglutinadores del 81% del mercado- quisieron dejar clara su férrea oposición al endurecimiento de una ley que creen que pone en riesgo la "viabilidad" del sector. Consideran que el texto demuestra que el Gobierno autonómico desconoce la realidad económica de las salas, que entre 2003 y 2008 perdieron siete millones de espectadores a causa de males como la piratería o "el poco éxito del producto autóctono, elaborado a espaldas del público y pensado sólo para recibir subvenciones". La nueva ley, auguran, agravará todavía más la situación y puede conducir al "cierre de empresas". Según sus estimaciones, sólo el 21% de los espectadores escoge ver una película en catalán, de manera que el aumento en la oferta de películas en esta lengua no resultará rentable.
Los exhibidores ven el futuro muy negro. "Las majors no estrenarán bajo la imposición de cuotas lingüísticas. Y no nos engañemos, si no me dan Avatar, nadie me podrá compensar de ninguna manera", explicaba Camilo Tarrazón, presidente del Gremio de Empresarios de Cine en Cataluña. "Conocíamos la voluntad de Cultura de imponer cuotas, pero esperábamos que el presidente Montilla pusiera sentido común. Esta es una ley de política lingüística, no de cine. Y sólo hay un motivo para aprobarla con carácter de urgencia: que la consejería no ha hecho los deberes y se acaba la legislatura".
En CC OO creen que la consejería está "obcecada" y lamentan que no haya aceptado ninguna de las enmiendas propuestas por el sector. Ahora están a la espera de reunirse con la consejería de Trabajo o con el presidente de la Generalitat, José Montilla.
Los sindicatos ven con buenos ojos la creación de una red de cines en catalán, propuesta por exhibidores y distribuidores, que incluiría 53 pantallas repartidas por todo el territorio y tendría al menos una en cada gran multicine. "Un comité escogería 20 títulos entre las 50 películas más taquilleras para componer la programación, y en función de la demanda, la oferta podría aumentarse. Los distribuidores y el Gobierno han de acordar quién pagará el doblaje, eso sí", explica Tarrazón.
Ésa es una alternativa a la ley, que los exhibidores creen que llegará muy pronto. En unos cinco años, con la digitalización de las salas, ofrecer ambas versiones será más fácil e incluso cada butaca permitirá escoger al espectador en qué idioma quiere seguir la película mediante unos auriculares.
En la consejería de Cultura de la Generalitat, en cambio, ven la iniciativa "insuficiente", ya que calculan que el cine doblado pasaría entonces del 3% actual al 8% nada más.
Al debate sobre si existe un público para el cine en catalán se sumó también ayer la Plataforma per la Llengua con un estudio que viene a apoyar la necesidad de la ley. El texto subraya que, a excepción del catalán, "no hay lengua oficial de unos nueve millones de espectadores potenciales que no tenga garantizado el acceso normal al cine en esa lengua".
Si se deja en manos de las grandes compañías la decisión de doblar o no, es difícil pensar que acabarán haciendo el gasto. Hasta ahora, las sesiones en catalán son minoritarias. Del total de las proyecciones que los cines catalanes hicieron durante 2007, únicamente un 3% de las sesiones eran en catalán. Eso, a pesar de que el catalán es de los espectadores que más frecuenta las salas. Según los datos del estudio, Cataluña ocupa la segunda posición en recaudación de cine por habitante en Europa, sólo por detrás de Irlanda.
Desde el Gremio de Empresarios de cine argumentan que antes de aprobar la ley y prever sanciones habría que crear un público. "Las grandes compañías no van a invertir en doblar una película al castellano y al catalán para recaudar lo mismo", opina Tarrazón. El Gobierno replica que demanda hay, pero que hasta ahora el espectador no podía escoger.
El País
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